martes, 16 de febrero de 2010

En el Día de San Martín: El prócer y la aristocracia limeña

Juan José Vega

Constituye un recuerdo flameante del famoso Congreso de Tucumán (1816), donde -en plenas guerras contra España- se volvió a tratar de la necesidad de buscar un personaje de unidad para todo el movimiento insurreccional del continente, y ese hombre debía ser un principe incaico, según el criterio mayoritario de los doctrinarios que guiaban a los sublebados procedentes del Perú y otros muchos, siguiéndose la tesis del “mejor derecho”. Y al principio primó, por un buen apso, pero luego decayó. Sobre cualquier concepción monárquica, incaista u otras, pasó a primar el republicanismo. No obstante quedó el Sol en la bandera, como un símbolo unitario.

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