martes, 16 de febrero de 2010

1780, CUZCO: LA CONSPIRACIÓN DE FARFÁN DE LOS GODOS

Luis Guzmán Palomino



En los primeros días de enero del año 1780, aparecieron fijados en algunas calles del Cuzco pasquines llamando a la rebelión, uno de ellos de importante contenido político y de abierta oposición al gobierno colonial, en momento en que España y Francia, en alianza, guerreaban contra Inglaterra. El documento decía a la letra:

Me ca...igo en la buena unión
de españoles y franceses;
me ca...igo trescientas veces
en la gran expedición;
me caigo en el espadón
y en la trinchera también;
me caigo en todo ese tren
de morteros y cañones;
y me caigo en los mandones
por siempre jamás, amén.

Por desgracia para los conspiradores -entre quienes tenían rol de líderes varios plateros criollos y curacas indios-, una circunstancia fortuita trajo por tierra sus planes. En la semana de cuaresma los confesionarios cristianos se llenaron de fieles devotos, y gracias a ello uno de los confesores, el fraile agustino Gabriel de
Castellanos, conoció detalles de la proyectada rebelión, comunicándolo de inmediato a las autoridades virreinales. Se vino a saber así que estaban comprometidos más de cuatrocientos hombres y que se esperaban mayores adeptos en las provincias vecinas donde se realizaba labor proselitista. El cabildo del Cuzco recibió otra delación, proveniente del curaca Pedro Sahuaraura, que confirmó la anterior.
Se ordenó entonces la pesquisa y fueron puestos en prisión los personajes sindicados como líderes, entre ellos Lorenzo Farfán de los Godos, Juan de Dios Vera, Diego Aguilar, Ascencio Vergara, José Gómez, Eugenio Cárdenas Riva, Felipe Unda, Domingo Unda y Melchor Chacón Becerra, no pudiendo ser hallados Joaquín León y Bernardo Tambohuacso, a quienes se señaló también como cabecillas.
La causa fue sustanciada rápidamente y el 7 de mayo de 1780 el corregidor Fernando Inclán Valdez dictó la sentencia: Vera, Cárdenas Riva, Gómez y los reos ausentes fueron condenados a morir ahorcados; los hermanos Unda y Chacón al destierro; y Farfán, Vergara, Aguilar y Castillo a padecer prisión en Lima. Pero los que marcharon a la capital fueron nuevamente juzgados por la Real Audiencia, que los sentenció a muerte. La ejecución se llevó a cabo el 30 de junio.
Esta conspiración sería preludio de la gran revolución que bajo el comando de Túpac Amaru estallaría en noviembre de aquel año.

5 comentarios:

  1. CAMA CANAZA LUIS ÁNGEL16 de febrero de 2010, 9:13

    Se podría decir que el momento era propicio y todo estaba a favor de los rebeldes consecuentes, pero siempre no hay un demonio vestido de cura que vela por los intereses de los ricos y poderosos, veamos el caso actual del gran cardenal Juan Cipriani uno de las personas mas hipócritas y sucias del Perú, me hizo recordar su actuación en la operación chavín de Huantar, quien dice que un cardenal no comete pecado, asesinar es un gran pecado mejor dicho conspirar.

    La historia demuestra la negativa influencia de la clase religiosa y en la actualidad cuenta con un gran poder, bueno vayamos al simple hecho de la traición, traición a los principios bíblicos y traición al prójimo. Siempre el Perú tuvo momentos muy difíciles y hechos trabados que si se hubieran desarrollado la historia hubiera cambiado para el bien de nuestro Perú, un acontecimiento que sirvió como preludio a un hecho memorable de la historia del Perú, una gran rebelión de hombre heroico Túpac Amaru.

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  2. SALAZAR INGA, VICTORIA16 de febrero de 2010, 9:14

    Como en muchos sucesos de la historia los santísimos y bendecidos seguidores de Dios (Frailes) han jugado un papel importante, y si recordaran siempre han sido en contra de del pueblo sometido y a favor de los sometidores, pues como vemos en este caso no fue diferente y solo confirma lo dicho líneas arriba,, eso no ha ya de sorprendernos,,

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  3. CCORA ALVA, JUDITH16 de febrero de 2010, 9:16

    Sobre la base social del levantamiento, ellos estaban de acuerdo en darle prioridad a una política de alianzas entre indios, mestizos y criollos para impedir la instalación de la aduana, para ser exentos del repartimiento y los tributos que oprimían a los indios y los hacían cada vez más pobres, y esto podía unirlos con los españoles (criollos) en el odio común contra las autoridades españolas.
    Este levantamiento no logró prosperar debido a las confesiones que se venían dando en la semana de cuaresma, sin lugar a dudas el Fraile Catellanos alertó a las autoridades virreinales, capturando a los principales responsables de dicha sublevación. Este es un hecho en que una vez más los "frailes" o "autoridades religiosas" actuaron en contra del pueblo sometido, tal vez sea para velar por sus intereses es que venden a su pueblo...

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  4. EDITH VALERI SUTTA ESPINOZA16 de febrero de 2010, 9:16

    Como siempre la iglesia presente, pero con una acción negativa, al parecer ellos están para ayudar al pueblo pero se ve que no es así, ni ahora, ni nunca lo fue, como vemos en este artículo el fraile agustino Gabriel de Castellanos estaba a favor de las autoridades de ese tiempo y no tuvo ni siquiera respeto propio y mantener el secreto de confesión que muchas personas del pueblo le confiaron, gracias a este fraile como a muchos otros las reveliones fueron frustradas

    y siempre el pueblo tiene que pagar las consecuencias, pero algunas veces estas acciones nos sirven para poder tomar conciencia y luchar por lo que consideramos son nuestros derechos.

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  5. Este intento de rebelión permanece oculto para gran parte de la población, sin embargo, debería difundirse por ser de importancia para conocer nuestra historia. Lo del cura, muy reprochable.

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